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Segunda Epístola a los Tesalonicenses

Tesa

Datos básicos
Autor Pablo de Tarso
Lugar Corinto
Idioma Griego koine
Abreviatura 2Ts
Números
Nombre
Más datos
Testamento Nuevo Testamento
Sección Epístolas

La Segunda Epístola a los Tesalonicenses es uno de los libros del Nuevo Testamento de la Biblia.

Autor[]

Es normalmente atribuida a Pablo, Apóstol de los Gentiles, aunque el profesor Antonio Piñero, en su libro "Los apocalipsis", indica que los especialistas están divididos respecto a si es una epístola auténticamente paulina. La Segunda Epístola a los Tesalonicenses fue probablemente escrita en Corinto, Grecia, no muchos meses después que la Primera.

Ocasión[]

Aparentemente la primera carta fue malentendida, especialmente respecto a la Segunda Venida de Cristo (Parusía). Los cristianos de Tesalónica se hicieron la idea que Pablo había mencionado que "el día de Cristo" se venía con prontitud, que su venida estaba a punto de ocurrir. Este error es corregido en 2 Tesalonicenses 2:1-12.[1]

La escatología de 1 Tesalonicenses había sido mal entendida por los Tesalonicenses; ellos daban por hecho que el día del Señor era inminente, habían sido confundidos por las exageraciones de personas liantes y quizás por una carta falsificada que se atribuía a Pablo. Más aún, la conducta desordenada de algunos preocupaba mucho al Apóstol. Esa preocupación es lo que muestra en la carta.

2 Tesalonicenses fue escrita en Corinto no mucho después de 1 Tesalonicenses porque Timoteo y Silas aun están con Pablo (1:1) y el silencio de Hechos muestra que, una vez que Pablo dejó Corinto, Silas ya no era su compañero de ministerio. Parece haber alusiones en 3:2 a la problemática estancia de un año y medio en Corinto (Hch 18).

Contenido[]

Los tres capítulos en que se divide la carta actualmente analizan de forma apropiada el pensamiento. En el primero hay un saludo, agradecimientos por la fe y el amor de los Tesalonicenses y una confirmación de la recompensa divina a ellos.

En el segundo capítulo está el pensamiento fundamental de la carta: la escatología. Se detallan ciertas señales que deben preceder a la Parusía. Hasta que esas señales aparezcan, no hay razón para tener miedo y abandonar los sentidos. El tercer capítulo es la petición normal de Pablo: oraciones, consejos para evitar el desorden y una alusión verdaderamente paulina al ejemplo que les ha dado y la final identificación de la carta por un saludo escrito por su propia mano.[2]

Autenticidad[]

La existencia de epístolas paulinas pseudoepigráficas encuentra una curiosa confirmación en este pasaje y en esta epístola donde dice:

"No os turbéis por epístola... como si fuera nuestra."

Para dar sentido a estas palabras es necesario presumir que por la comunidad de Tesalónica circulaba una falsa epístola de Pablo a la que se alude aquí. De ser así, Pablo estaría advirtiendo a los Tesalonicenses que fuesen cautos. Lo curioso es que hoy se presume que quién realiza esta advertencia era precisamente un falso Pablo. Sea cierto o no, se confirma la existencia de falsificaciones.[1]

Pruebas externas[]

Las pruebas de los manuscritos es la misma para Segunda Tesalonicenses es la misma que para la Primera Tesalonicenses y lo mismo las antiguas versiones. Los Padres Apostólicos y Apologéticos están más claramente a favor de 2 Tesalonicenses que de 1 Tesalonicenses. San Ignacio cita una frase de 2 Tesalonicenses 3:5. San Policarpo refiere la carta a San Pablo aunque, por un fallo de memoria, da por hecho que el Apóstol se gloría (2 Tes. 1:4) en otra iglesia macedonia, la de los Filipenses. Además está fijada como paulina en el canon de Marción (ca. 140 d.C.)

Pruebas internas[]

La dependencia literaria de 2 Tesalonicenses de 1 Tesalonicenses es irrefutable. El escritor de la primera debe haber escrito la última y no mucho después.

Se acepta que el estilo de las dos cartas es idéntico; las oraciones, saludos, agradecimientos y transiciones son notablemente parecidas en la forma. Dos tercios de 2 Tesalonicenses es igual que 1 Tesalonicenses.

Más aún, la estructura de la Epístola, el tema de la misma, y los arranques emotivos de oraciones para los destinatarios y de la exhortación son todas característicamente paulinas. El argumento de la evidencia interna es tan fuerte que ha ganando la aprobación de críticos como Harnack y Jülicher.

Schmiedel, Holtzmann, Weizacker, y otros niegan la fuerza del argumento por las pruebas internas. Esta similitud con 1 Tesalonicenses en vocabulario y estilo juegan en contra de la autenticidad de 2 tesalonicenses; la carta es demasiado paulina, el autor fue un muy buen falsificador que unos sesenta años después tomó la Primera a los Tesalonicenses y la refundió. No se ha dado el motivo para tal falsificación,no se ha aportado ninguna prueba de ningún escritor post-apostólico tan listo como para hacer pasar esta carta por imitación paulina.

La principal objeción es que la escatología de Pablo en 2 Tesalonicenses contradice la de 1 Tesalonicenses, la carta es en esto no-paulina. En 1 Tesalonicenses 4:14-5:3, el escritor dice que la Parusía está lejana.

Los no católicos que mantienen la autoría paulina de las dos cartas admiten generalmente que Pablo predijo la segunda venida dentro del tiempo de su propia vida y creen que los signos que narra en 2 Tesalonicenses como preludio de esa venida no implican un largo intervalo ni que Pablo esperara morir antes de que esos signos ocurrieran. Los católicos insisten en que Pablo no pudo haber dicho que la Parusía ocurriría durante su vida. De haberlo hecho, hubiera errado; la palabra de Dios no puede ser errónea; el error sería del Espíritu Santo más que de san Pablo.

Verdaderamente, la Versión Douay parece implicar que la Parusía era inminente: "Entonces, nosotros los que estamos vivos, los que hemos quedado, seremos tomados con todos los demás hacia las nubes a encontrarnos con Cristo, en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.(1 Tes.4:16). La traducción es: "Nosotros,si estamos vivos,si hemos sido dejados, seremos elevados." San Pablo no es aquí más definido sobre el tiempo de la Parusía que en 1 Tesalonicenses 5:2, cuando escribió que el día del Señor vendrá a la manera de un ladrón en la noche.

Hay en la Escatología de San Pablo la misma indefinición sobre el tiempo de la Parusía que en los dichos escatológicos de Jesús tal como los relatan los Sinópticos. "De ese día u hora nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino el Padre." (Mc 13:32). En el depósito de fe dado por el Padre al Hijo, para que el Hijo lo entregue a la Iglesia, el tiempo de la Parusía no está contenido. Aceptamos que San Pablo no conocía el tiempo de la Parusía; no podemos aceptar que lo supiera equivocadamente y lo escribiera erróneamente como palabra inspirada de Dios y parte del depósito de la fe.

Respecto al resto de las objeciones sobre que el carácter apocalíptico de 2:2-12,es post-paulino y que depende de la tardía composición del Apocalipsis de Juan (93-96 d.C.) o peor aun de la historia del Nerón redivivus, esta afirmación es enteramente gratuita.

San Pablo consiguió sus ideas apocalípticas de la misma fuente que Juan, es decir de la revelación a él mismo o del Antiguo Testamento o de la tradición. La mayoría de los detalles de su descripción apocalíptica de la Parusía se dan en otros apocalipsis. El hombre de pecado casi completo triunfo del mal poco inmediatamente antes del fin de los tiempos, la casi general apostasía, los portentos y otros signos son familiares en el Antiguo Testamento y en los escritos apocalípticos del Nuevo Testamento.[2]

Referencias[]

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