Santa Biblia Wiki
Advertisement
María Magdalena

Guido Reni - The Penitent Magdalene - Google Art Project

Datos personales
Fallecimiento Éfeso
Familia
Características
Ocupación Ex prostituta
Discípula
Nacionalidad Israelita
Religión Cristianismo
Raza Semita

María Magdalena (en hebreo: םירמ תילדגמה; en griego antiguo: Μαρία ἡ Μαγδαληνή) es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Es considerada santa por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental del lago de Tiberíades y aldea cercana a Cafarnaúm.[1] Es llamada Magdalena por su lugar de origen y, posiblemente,por una expresión Talmúdica que significa "cabello crespo de mujer", aunque el Talmud la describe como una adúltera.[2]

Biografía[]

María Magdalena es mencionada entre las mujeres que acompañaron y siguieron a Cristo (Lc 8, 2-3) donde también se dice que habían sido echados fuera de ella siete demonios(Mc 16, 9). María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea. Es la segunda persona nombrada a los pies de la cruz (Mc 15, 40; Mt 27, 56; Jn 19, 25; Lc 23, 49) y vio a Cristo yaciendo en su tumba y fue la primera testigo reconocida de la Resurrección.

Según la tradición ortodoxa, María Magdalena se retiró a Éfeso con la Virgen María y el apóstol Juan, y murió allí. En 886 sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla, donde se conservan en la actualidad.

Tradiciones[]

Más adelante, sin embargo, surgió en el mundo católico una tradición diferente,según la cual María Magdalena, identificada aquí con María de Betania, su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos, así como algunos compañeros, viajaron en barca por el Mar Mediterráneo huyendo de las persecuciones en Tierra Santa y desembarcaron finalmente en el lugar llamado Saintes Maries de la Mer, cerca de Arlés. Posteriormente, María Magdalena viajó hasta Marsella, desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de Provenza, para después retirarse a una cueva, La Sainte-Baume, en las cercanías de Marsella, donde habría llevado una vida de penitencia durante 30 años. Según esta leyenda, cuando llegó la hora de su muerte fue llevada por los ángeles a Aix-en-Provence, al oratorio de San Maximino, donde recibió el viático. Su cuerpo fue sepultado en un oratorio construido por Maximino en Villa Lata, conocido desde entonces como St. Maximin.

Existe una antigua tradición cristiana de pintar huevos de Pascua. Estos huevos simbolizan la nueva vida y a Cristo emergiendo de la tumba, de hecho, los cristianos ortodoxos acompañan esta tradición con la consigna: «¡Cristo ha resucitado!». Una tradición ortodoxa relata que tras la Ascensión, María Magdalena fue a Roma a predicar el evangelio. En presencia del emperador romano Tiberio, y sosteniendo un huevo de gallina, exclamó: «¡Cristo ha resucitado!». El emperador se rió y le dijo que eso era tan probable como que el huevo se volviera rojo. Antes de que acabara de hablar el huevo se había vuelto rojo.

Otra tradición habla de que el corazón sagrado de Cristo quedaría encerrado en un recipiente con forma de huevo del que María Magdalena sería guardiana.[1]

Las tres marías[]

Como un todo, los Padres Griegos distinguieron tres personas: la “pecadora” de Lucas 7, 36-50; la hermana de Marta y Lázaro, Lc 10, 38-42 y Jn 11; y a María Magdalena. Por otro lado, la mayoría de los Latinos sostuvieron que estas tres personas fueron una y la misma. Los críticos protestantes, sin embargo, creen que eran dos, y tal vez tres personas distintas. Es imposible demostrar la identidad de las tres; pero aquellos comentaristas sin lugar a dudas fueron demasiado lejos al aseverar, como lo hizo Wescott "que la identidad de María con María Magdalena es una mera conjetura sin apoyo en evidencia directa alguna y opuesta al tenor general de los Evangelios".

En la identificación de María de Betania con la pecadora de Lucas 7, 37 la cual es la mas combatida por los protestantes. Pareciera como su esta renuencia a identificar a “la pecadora" con la hermana de Marta se deba a una falla por entender el significado total del perdón del pecado. Las tendencias con intención de armonizar entre tantos críticos modernos, también, son responsables por mucha de la confusión existente.

El primer hecho, mencionado en el Evangelio en relación al tema bajo discusión es la unción de los pies de Cristo, por una mujer, una “pecadora” en la ciudad (Lc 7, 37-50). Esto pertenece al ministerio Galileo, precede al milagro de la alimentación de los cinco mil y la tercera Pascua. Inmediatamente después, Lucas describe un circuito misionero en la Galilea y nos cuenta de una mujer que siguió a Cristo entre ellos siendo “María la llamada Magdalena, de quien fueron exorcizados siete demonios” (Lc 8, 2); pero no nos dice que es con ella con quien se identifica “la pecadora” del capítulo anterior. En 10.38-42, nos cuenta de la visita de Cristo a Marta y María “en cierto pueblo”; es imposible identificar el pueblo, pero queda claro en 9, 53 que Cristo había definitivamente dejado Galilea y es bastante posible que este pueblo fuera Betania. Esto parece confirmado por la parábola precedente del buen samaritano, la cual casi con certeza fue dicha en el camino entre Jericó y Jerusalén. Pero aquí nuevamente notamos que nada sugiere una identificación de las tres personas y si solo tenemos a Lucas para que nos guíe, ciertamente no tenemos fundamentos para identificarlas.

Juan, sin embargo, claramente identifica María de Betania con la mujer que ungió los pies de Cristo. Es notable que ya en el 11, 2, Juan haya hablado de María como “aquella que ungió los pies del Señor”. Comúnmente se dice que él se refería a la consecuente unción descrita por él mismo en 12:3-8; aunque puede ser cuestionado si hubiese usado la palabra he aleipsasa si hubiese sido otra mujer, y no la pecadora de la ciudad. Es concebible que Juan, sólo porque escribió mucho tiempo después de los eventos y en un tiempo cuando María estaba muerta, que desee apuntarnos que ella era realmente la misma conocida como la pecadora. Del mismo modo, Lucas pudo haber revelado su identidad precisamente porque no deseaba difamar a alguien aún vivo; ciertamente ocurre algo similar en el caso de San Mateo, ( 5:7) quien oculta su identidad con Leví, el publicano. Si el argumento anterior se mantiene correcto, María de Betania y la pecadora son una y la misma persona con María Magdalena. Con Juan aprendimos el nombre de la “mujer” que ungió los pies de Cristo previo a la Última Cena. Podemos notar aquí que parece innecesario mantener esto porque Mateo y Marcos dijeron “dos días antes de la Pascua” mientras que San Juan dice “seis días”, hay por lo tanto, dos distintas unciones una tras la otra. Juan no necesariamente quiere decir que la Cena y la unción tuvieron lugar seis días antes, sino que Cristo llegó a Betania seis días antes de la Pascua. Entonces, en aquella Cena, María recibió el glorioso encomio "ella ha realizado una buena obra en Mí... al ungir Mi cuerpo para mi entierro... donde sea que este Evangelio sea predicado... que también lo que ella ha hecho por mi sea relatado en memoria de ella". Considerando todo esto, ¿es creíble que esta María no tuviera lugar a los pies de la Cruz, como tampoco en la tumba de Cristo? Sin embargo, es María Magdalena quien, de acuerdo a todos los Evangelistas, estuvo a los pies de la cruz y asistió en el funeral y fue la primera testigo registrada de la Resurrección. Y mientras Juan la llama “María Magdalena” en 19:25; 20:1 y en 20:18, la llama simplemente “María” en 20:11 y 20:16.

Bajo de visión de lo que hemos defendido, la serie de eventos constituyen un todo consistente; la pecadora aparece temprano en el ministerio buscando el perdón; ella es descrita inmediatamente después como María Magdalena “mujer de la cual salieron siete demonios”; poco después, la encontramos sentada a los pies del Señor y escuchando Sus palabras. Para la mente Católica todo parece natural y apropiado. En un período posterior María y Marta se vuelven a Cristo, el Hijo del Dios Viviente” y El les devuelve a su hermano Lázaro; poco tiempo después, lo invitan a cenar y María nuevamente repite el acto que había realizado como penitente. En la Pasión,ella está a su lado; ella lo ve yaciendo en la tumba; y es la primera testigo de Su Resurrección a excepción de siempre Su Madre a quien Él debió necesitar que apareciera primero, aunque el Nuevo Testamento es silencioso en este punto.En nuestra visión, entonces, hubieron dos unciones a los pies de Cristo –seguramente no hubo dificultad cuando San Mateo y San Marcos hablaron de su cabeza- el primero (Lc 7) ocurrió en una fecha comparativamente temprana;la segunda, dos días antes de la última Pascua. Pero era una y la misma mujer que realizó este pío acto en cada ocasión.[2] Esta teoría es arbitraria y no evangélica,ya que existieron al menos dos marías: María Magdalena, la adultera, y María de Betania.Es posible que la adultera no se identifique con María Magdalena y que sea otra mujer.

Referencias[]

Advertisement