Libro de Nahúm | ||
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Datos básicos | ||
Autor | Nahum | |
Fecha | 663-612 a. C. | |
Idioma | Hebreo | |
Abreviatura | Na. | |
Números | ||
Capítulos | 3 | |
Versículos | 47 | |
Nombre | ||
Más datos | ||
Testamento | Antiguo Testamento | |
Sección | Proféticos | |
'Número de libro | 11 |
El Libro de Nahúm pertenece a los libros de los profetas menores del Antiguo Testamento. Nahúm profetizó hacia el año 626 a. C.
Autor y fecha[]
El Libro de Nahúm profetiza la inminente desaparición del Imperio asirio y la destrucción de Nínive su capital.
Aunque es imposible ser preciso en cuanto a la fecha exacta de la composición del libro, el término a que puede ser fijado en 663 a. C., mientras que el término parece ser 612 a.C. La caída de Tebas en el 663 a. C. se considera como un evento pasado reciente (3:8-10), mientras que la caída de Nínive en el 612 a. C. y el extremo final del Imperio en el 609 a. C. parecen ser o representar eventos futuros.
Que el libro de Nahúm esté exactamente comprendido entre el 663-612 a. C. es algo que aún se debate. Sin embargo, varios factores pueden contribuir a aclarar los hechos. En primer lugar, Nahúm anunció que nunca más sería subyugado por Asiria (1:12) ni invadir Judá (1:15 [2:1]). Así que probablemente pronunció sus oráculos después de 640 a. C., la fecha de la última campaña asiria conocida en la zona occidental; cuando el asirio Ashurbanipal temporalmente reafirmó la soberanía sobre Judá y otras como Siria-Palestina. En segundo lugar, Nahúm presenta a Asiria como un fuerte tirano imperialista que aplastaba a sus enemigos y opresores en homenaje de la extracción de sus vasallos (1:12, 2:13, 3:1).
Esto probablemente refleja la situación antes de la meteórica caída de Asiria, después de la muerte de Ashurbanipal en 627 a. C.[1]
Poco se sabe de la historia personal de Nahúm. Su nombre significa "consolador" y que era de la ciudad de Elcós que los estudiosos han tratado de identificar con varias ciudades, incluyendo la moderna `Alqush de Asiria y Cafarnaúm del norte de Galilea. Era un hebreo muy nacionalista y vivió entre los elcositas en paz.[2]
Contexto historico[]
Nahúm profetizó hacia el año 626 a. C. Los asirios iban perdiendo su dominio sobre los pueblos que esclavizaban y que los odiaban profundamente.Uno de estos pueblos eran los judíos.[1]
Según algunos, Nahúm profetizó en el principio del reinado de Acaz (740 a.C.). Otros, sin embargo, piensan que sus profecías son de la segunda mitad del reinado de Ezequías en el siglo VIII a. C. El libro entonces debió haber sido escrito en Jerusalén, donde fue testigo de la invasión de Senaquerib y la destrucción de su ejército (2 R 19:35).
El consenso de los expertos es que el "libro de la visión" fue escrito en el momento de la caída de Nínive en las manos de los medos y babilonios en 612 a. C. Esta teoría se demuestra por el hecho de que los oráculos deben de estar fechados después de la destrucción asiria de Tebas, Egipto, en 663 a. C., pues este evento se menciona en Nahúm 3:8.
El tema de la profecía de Nahúm es la destrucción total e inminente de Nínive, la capital del gran y, en ese momento, floreciente imperio asirio. Asurbanipal estaba en la cúspide de su gloria; Nínive era una ciudad de gran alcance y era el centro de la civilización y el comercio del mundo y, de acuerdo con Nahúm, una ciudad sangrienta llena de mentira y de rapiña (3: 1).
Jonás ya había pronunciado su mensaje de advertencia y Nahúm fue seguido por Sofonías, quien también predijo la destrucción de la ciudad. Nínive fue destruida aparentemente por el fuego alrededor de 625 a. C. y el imperio asirio llegó a su fin, un acontecimiento que cambió la cara de Asia.
Las excavaciones arqueológicas han descubierto el esplendor de Nínive en su cenit bajo Senaquerib (705-681 a. C.), Esarhadón (681-669 a. C.) y Asurbanipal (669-633 a. C.). Las murallas eran de ocho millas de circunferencia. Tenía un acueducto, palacios y una biblioteca con 20.000 tablillas de arcilla, incluyendo al Enuma Elish y la Epopeya de Gilgamesh.
La la crónica babilónica de la caída de Nínive cuenta la historia del fin de Nínive. Nabopalasar de Babilonia unió fuerzas con Ciaxares rey de los medos y puso sitio por tres meses. Asiria duró unos pocos años más después de la pérdida de su fortaleza, pero los intentos del faraón Necao II para reunir los asirios falló debido a la oposición del rey Josías de Judá y todo acabó alrededor del 609 a. C.[2]
Contenido[]
La Biblia de Jerusalén divide la obra en dos grandes partes a saber: preludio de la obra y el dedicado a la ruina de Nínive con un versículo introductorio que habla en torno al autor del libro, la versión antes citada lo divide de la siguiente manera:
- Referencias al contenido del libro, el autor y su ciudad de origen (1, 1).
- Preludio (1:2-2:3)
- Salmo, la ira de Yavé (1:2-8)
- Sentencias proféticas a Judá y Nínive (1:9-2:3)
- Ruina de Nínive (2:4-3:19)
- El asalto (2:4-11)
- Amenazas al León de Asur (2:12-14)
- Amenazas a Nínive por sus crímenes (3:1-7)
- El ejemplo de Tebas (3:8-11)
- Inutilidad de los preparativos de Nínive (3:12-15a)
- El vuelo de las langostas (3:15b-17b)
- Lamentación fúnebre (3:17b-19)
Propósito[]
El objetivo de la profecía de Nahúm era anunciar el juicio sobre Nínive. Jonás ya había profetizado acerca de Nínive, pero él había vivido 150 años antes que Nahúm. En el libro de Jonás, la gracia de Yavé triunfa, mientras que en el de Nahúm solo se anuncia la justa ira de Dios y la inevitable destrucción de esta ciudad impía.
La visión de Nahúm está enfocada sobre este enemigo del pueblo de Dios; es muy sorprendente que no se mencione nada acerca de los pecados de Israel y de Judá. Efectivamente, al tiempo que es anunciada la santa y justa ira de Dios contra los enemigos, el pueblo de Dios recibe palabras reconfortantes (1:12-15).
En el capítulo 1 (el cual es similar a un salmo), vemos a Dios celoso y vengador en toda su majestad. Los dos capítulos siguientes profetizan con exactitud la caída y destrucción de Nínive. Nahúm profetiza la destrucción de Nínive, que simboliza la liberación de todas las esclavitudes.
Los poemas de Nahúm reflejan el corazón de un patriota que cree que Dios gobierna la historia de los pueblos, se preocupa que se le reconozca solo a Él como Dios en todo lo que sucede en la naturaleza y en su fidelidad a sus amigos.[1]