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Elías de Tisbé

Datos personales
Nacimiento Siglo X a. C.
Tisbé, Galaad
Fallecimiento Fue arrebatado al cielo.
Vida Aún sigue con vida.
Familia
Características
Ocupación Profeta
Nacionalidad Israelita
Religión Judaísmo
Raza Semita

Elías de Tisbé fue un profeta de Dios, conocido por realizar muchos milagros y confrontar a los reyes de Israel con los mensajes de Dios. Durante gran parte de su vida, fue el único profeta de Dios, mientras que la mayoría de los israelitas adoraron a Baal. Fue mentor de su sucesor, Eliseo, quien continuaría su trabajo después de su muerte.

Biografía[]

Origen[]

El ministerio profético de Elías comienza en la época del reinado de Ajab, hijo de Omrí, quien gobernó el Reino de Israel entre 874 a. C. y 853 a. C.[1]

Elías era de la ciudad de Tisbé, ubicada dentro del territorio de Galaad. Se sabe de su familia y a Elías nunca se le da un epíteto patronímico que represente a su padre. Elías a menudo se conoce como "Elías el Tisbita"; así que su epíteto está relacionado con su origen geográfico en lugar de familiar.

Elías se significa "Yavé es mi Dios". Es posible que su familia le haya dado el nombre en el momento del nacimiento para reflejar la dedicación a Dios en un tiempo donde la adoración a Baal era la mayoría. De lo contrario, a Elías se le dio el nombre una vez que se convirtió en profeta cuando fue el único profeta de Dios que se separó de los baalitas.

Confrontación con Ajab[]


Elías alimentado por el cuervo de Giovanni Lafranco.

Elías había sido enviado por Dios para enfrentar a Ajab, el monarca de Israel en ese momento. Elías proclamó a Ajab que una sequía vendría sobre Israel a menos que Elías ordenara lo contrario.

Después de sus enfrentamientos con Ajab, Dios le ordenó a Elías que viajara al torrente de Queret para evitar la próxima sequía. Allí bebió del arroyo y fue alimentado por cuervos.

La viuda de Sarepta[]


Elías y la viuda de Sarepta de Bernardo Strozzi del año 1640.

Finalmente, Elías dejó de beber del arroyo porque se había secado. Entonces Dios mando a Elías a viajar a Sarepta, donde una viuda le daría comida. Entonces Elías viajó a Sarepta y en la puerta de la ciudad se encontró con la viuda, que tenía la intención de darle de comer. Elías pidió a la viuda que le trajera agua y un pedazo de pan. La viuda respondió que no tenía pan, lo que llevó a Elías a instruirla sobre lo que se debía hacer con los materiales que tenía.

Con estas instrucciones, la viuda hizo lo que le pedían, la harina ni el aceite no se acababa, y había comida todos los días para Elías, la viuda y su hijo. Este había sido un milagro de parte de Dios, ya que Elías había instruido a la viuda por las palabras de Dios.

Eventualmente, el hijo de la viuda enfermó y murió, dejando a la viuda creyendo que Elías la estaba castigando por sus pecados. Elías llevó a su hijo a la habitación en la casa de la viuda donde se encontraba y oró a Dios para que lo devolviera a la vida. Dios escuchó las súplicas de Elías y así lo hizo. Elías lo llevó de regreso a su madre mostrándole que estaba vivo. Esto llevó a la viuda a creer verdaderamente que Elías era un hombre enviado por Dios.

Elías regresa a Israel[]

Habían pasado tres años y Dios le encargó a Elías que le anunciara a Ajab que la sequía terminaría. Elías viajó al palacio y, mientras caminaba se encontró con Abdías, el administrador del palacio de Ajab. Abdías era un creyente en Dios que buscaba un poco de hierba para alimentar al ganado. Abdías se acercó y se arrodilló ante él. Mientras Abdías se arrodillaba, Elías le dijo que notificara a Ajab que deseaba hablar con él. Abdías reaccionó con miedo, creyendo que Ajab lo mataría. Elías le aseguró a Abdías que se presentaría a Acab y Abdías fue e hizo lo que le dijeron.

Los profetas de Baal[]

Ajab fue a buscar a Elías y cuestionó a Elías para ver si era él, llamándolo alborotador. Elías le respondió a Ajab y le habló de sus faltas a la nación de Israel. Entonces Elías le pidió a Ajab que reuniera a todo el pueblo y los profetas de Israel en el Monte Carmelo.

Entonces Elías habló ante la gente en la montaña, cuestionando sus opiniones alternantes sobre quién era el Dios de Israel. Elías declara que él era el último profeta de Yavé, mientras que Baal tenía un gran número de profetas. Elías desafió a Baal, proponiendo un concurso donde cada uno prepararía un toro y lo colocaría en un altar sin incendiarlo. Cualquiera que sea el Dios que prendió fuego al altar sería considerado el Dios de Israel.

Luego, Elías pidió que los profetas de Baal prepararan su toro primero, debido a la gran cantidad de adoradores de Baal. Rezaron a Baal desde la mañana hasta el mediodía y no hubo respuesta de Baal. Elías pronto comenzó a mofarse de los profetas de Baal para que oraran aún más fuerte, afirmando que tal vez Baal estaba meditando, ocupado, viajando o durmiendo. Los baalistas continuaron adorando a Baal, pero no respondieron a sus súplicas.

Luego Elías incitó a los baalitsts a venir con él mientras preparaba su sacrificio para Yavé. Hizó doce piedras, una para cada una de las tribus de Israel, construyó un altar y cavó una zanja alrededor. Puso madera, cortó el toro y lo puso encima de la leña. Entonces Elías ordenó a los baalistas arrojar grandes cantidades de agua sobre el altar tres veces, incluso llenando la zanja. Después de esto, Elías oró a Dios para quemar su sacrificio. Por lo tanto, Dios envió fuego y quemó el sacrificio con el altar mismo y evaporó el agua en la zanja.

Cuando los adoradores de Baal vieron esto, se postraron y adoraron a Yavé. Elías le dijo al pueblo que arrestara a los profetas de Baal y estos fueron asesinados.

Elías oró a Yavé por lluvia, enviando a su sirviente hacia el mar siete veces para obtener un informe meteorológico. Finalmente, una nube que parece ser del tamaño de la mano de un hombre en el horizonte. Le dijo a Ajab que se subiera a su carro y regresara al palacio. Pero luego, Elías, corriendo, superó al carro.

Huye al desierto[]

Cuando Elías regresó a la ciudad, descubrió que Jezabel no estaba contenta y estaba decidida a proteger a sus 450 profetas de Baa de este problemático profeta de Yavé. Jezabel juró matarlo y Elías se ve obligado a huir. Se adentró al desierto y suplicó morir en manos de Yavé. En cambio, un ángel se le acercó y lo alimentó tres veces, diciéndole que se preparara para un largo viaje.

Cuarenta días después, se encontró en el lugar donde Yavé le dio a Moisés la Ley. Escondido en una cueva, escuchó que Yavé le hablaba; le dijo que saliera y mirara a su alrededor. Entonces Dios envió un gran viento, seguido por un terremoto y un fuego, pero en ninguno estaba Yavé. Hubo una suave brisa diciéndole que volviera a Israel para ungir a dos hombres como rey y luego ungir a Eliseo como su sucesor.

La última misión[]

Antes de que termine su ministerio profético, Elías se dirige al palacio para dar una última palabra a la familia de Ajab. Predice la muerte de Jezabel y Acab; aunque Ajab obtendría un indulto de Dios, ambos monarcas enfrentarían terribles muertes después de haber matado a Nabot para adquirir su tierra.

Más tarde, cuando el rey Ocozías cayó de la ventana del palacio y, quedando en cama, buscó el consejo de Baalcebub. Elías se encontró con los mensajeros y los envió que le dijieran al rey que iba a morir. Al joven rey no le gustó esto y envió dos grupos de cincuenta soldados con su jefe para detener al profeta. El jefe del tercer grupo se arrodilló y le suplicó por su vida y la de sus soldados y, aconsejado por el ángel de Yavé, Elías fue a entregar el mensaje en persona.

Llevado al cielo[]

Una vez hecho su trabajo, Elías trajo a Eliseo consigo y cruzaron el Jordán rumbo a su ciudad natal en Galaad. Cuando llegaron allí, le dijo a su alumno que se iba, pero que si Eliseo lo veía irse, recibiría una doble bendición de Dios. Y luego, un carro de fuego se interpuso entre ellos y un torbellino llevó a Elías al cielo.

Cuando los amigos de Eliseo buscaron al gran profeta, no pudo ser encontrado.[2]

En la tradición judía[]

Elías, en la tradición judía es esperado en los hogares israelitas durante todas las festividades de Pascua y se le reserva un asiento en la mesa. El Libro de Malaquías prevé que Elías regresará el Día del Juicio, predicción que le da el estatus de símbolo del Mesías, confiriéndole especial importancia en la creencia judía.

En la tradición cristiana[]

Muchos creyeron que Juan el Bautista fue el Elías que vino a preparar el camino de Jesús. De hecho para reforzar esta misión, el propio Juan vestía como Elías.


Elías aparece en la Transfiguración de Jesus.

Los Evangelios sinópticos, en el pasaje de la Transfiguración, muestran a Elías y Moisés hablando con Jesús. El apócrifo Apocalipsis de Elías lo muestra al lado de Henoc combatiendo contra el hijo de la iniquidad que los mata, luego de lo cual resucitan, en forma similar a lo que ocurre con los dos testigos de Apocalipsis 11 en su enfrentamiento con la bestia.[1]

Referencias[]

  1. 1,0 1,1 Elías en Wikipedia.
  2. Elijah en Bible Wiki.
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